(Dedicada a mi hijo Daniel))
I
¡Cierto! No había tenido
suerte de hacer un poema
con este glorioso tema:
"El, mi hijo, lo más querido."
Miles de versos se han ido
por otros rumbos inciertos,
con la sed de los desiertos
que son mares que se van
como buscando en su afán
otras radas y otros puertos.
II
Nunca pienso que el cariño
sólo vive en poesía,
ni que la gran alegría
está en la risa de un niño.
Tiene la rosa el aliño
de una perla reclamada
en cada nueva alborada ...;
pero el más precioso amor
no se descubre en la flor,
sino en la sangre probada.
III
Mas... si logra el pensamiento
atrapar lo inatrapable,
sabrás que todo es probable
cuando reza el sentimiento.
Tú eres la luz, el sustento
que ilumina mi razón...:
por eso en mi corazón
reina el cariño de un padre,
más los besos de una madre
como frutos en sazón.
IV
Por eso mi amor por ti
no se dice sólo en verso;
me hace falta el Universo;
y, luego, vaciarlo en mí.
Pero allí donde sentí
tanta dicha verdadera,
tu serás en mi carrera
de poeta vagabundo,
toda la gracia de un mundo,
que tu Dios, sembrara en mí.
Miami, 14 de febrero 2001
LA ALBORADA DEL HIJO
por Jaime Barba