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LA CORZA BLANCA
por Jaime Barba
Por la senda que enciende la llanura,
al conjuro del sueño y la distancia,
una elástica corza,
caminaba.
Negras nubes preñadas de tormentas,
como si fueran crines desbocadas,
sobre el ancho paisaje de los montes
como bocas siniestras, deambulaban.
Un silencio,
de interminables voces enlutadas,
desgarraban las fibras más ocultas
de mi alma.
Hundí mi pensamiento en las cavernas
de mis glorias pasadas;
desaté torbellinos de recuerdos...,
retorcí mis palabras,
pero la corza de llameantes ojos
de mi llanura larga,
como si fuera un sueño:
no dijo nada.